La religión a examen
Prólogo
No es seguro que haya dioses; religiones, en cambio, ésas sí que las hay y son de este mundo. Para evitar equívocos desde el comienzo conviene empezar por ahí en cualquier estudio no confesional, cualquier análisis de la religión o de lo religioso emprendido desde el exterior, tal como se acomete aquí, donde va a tratarse no de entes invisibles o sobrenaturales, sino de hechos bien terrestres, mundanos y tangibles.
Las creencias religiosas o asimilables a la religión, sean monoteísmos o tradiciones cultas politeístas y espiritualistas que se les asemejan, siempre fueron examinadas desde dentro por los propios clérigos expertos: teólogos, rabinos, imanes, exegetas de los libros santos, guardianes de la creencia y de la doctrina espiritual. Sólo a partir del siglo XVII empezaron a ser analizadas desde fuera con una mirada observadora, escrutadora, crítica a menudo, que no las compartía. Inicialmente habían sido escritores viajeros que acompañaban a las expediciones de navegación y descubrimiento desde comienzos de la Edad Moderna. Por ahí empezó una etnografía, que entre sus tópicos traía a examen mitos y ritos semejantes al cristianismo en otros pueblos. Por el mismo tiempo arrancaba la indagación filológica e histórica de las tradiciones religiosas por parte de historiadores no complacientes con ellas y aparecía un pensamiento filosófico sobre religión y creencias, con Spinoza como ejemplo máximo, prudentemente distanciado de cualquier teología.
Un examen científico generalizado de la religión no surge, sin embargo, hasta bien avanzado el siglo XIX, con la eclosión de las ciencias humanas o, por mejor decir, antroposociales: sociología, psicología, antropología cultural, lingüística, que vienen a sumarse a la investigación histórica y a la filológica. Todas ellas se han aplicado al estudio de la religión, aunque no todas con igual aplicación. Y en todas ellas, cuando se habla de “religión” en singular, suele entenderse con ello la religión dominante en Occidente, la cristiana, o, si acaso, en natural extensión, la israelita, cuando precisamente pensadores judíos, ya desde Spinoza, se han volcado en ese estudio tanto o más que los de extracción cristiana.
Hecho cultural, social, poliédrico, la religión, ha sido objeto de indagación no sólo desde dentro de ella, también desde fuera. Lo han sido la religión en general y las religiones en su pluralidad y en sus múltiples caras, en particular el cristianismo, que desde la Ilustración y, todavía más, desde la emergencia y consolidación de las ciencias humanas y sociales en el siglo XIX han quedado bajo examen con lente crítica.
Con esa lente va a observarse aquí la religión en algunas disciplinas de estudio: de filosofía y de psicología de la religión, asimismo de semántica del lenguaje religioso y de teología, ella misma analizada desde el exterior, con lente extrateológica.