Conversación en el atrio

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Madrid: Huerga y Fierro, 2019

Conversación en el atrio - Alfredo Fierro

 

 

 

 

 

 

Una vida larga da para repensar, rectificar, hacer autocrítica a fondo, desdecirse de lo que uno escribió en años jóvenes, tanto más cuando se ha abandonado la cosmovisión del mundo que de joven se tenía. Este libro es el diálogo de un hombre agnóstico por encima de los 80 años consigo mismo, mejor dicho, con el que fue medio siglo antes, con aquel predecesor suyo, otra alma en el mismo cuerpo, que con cierta ingenuidad escribía sobre fe cristiana y teología. El título Conversación en el atrio lo expresa en metáfora: diálogo entre el piadoso joven que entra a la iglesia, lugar sagrado, y el anciano que ha salido de ella y está en la plaza pública. Las sentencias que lo encabezan aluden al profundo cambio que puede darse a lo largo de una vida. Al cabo de medio siglo no somos los mismos. La solapa del libro desarrolla la metáfora del encuentro en el atrio.

Encabezamiento

Feliz quien como Ulises
ha hecho un bello viaje.
(Du Bellay, soneto XXXI)

Yo es un otro.
(Arthur Rimbaud)

Un yo que sigue cambiando es un yo que sigue viviendo.
(Virginia Woolf)

Qué raro es irme convirtiendo poco a poco
en alguien que no conozco.
(Stephen Karam, The Humans)

Solapa del libro

En el atrio del templo unos entran, otros salen, algunos se demoran y conversan. Aquí cuentan solo dos personas, una joven, otra mayor, cada una en un umbral del atrio. El joven está en el de acceso al templo, en el borde del espacio sagrado al que pertenece. El viejo, en el umbral profano que da a la plaza exterior: tal vez nunca traspasó ese atrio; o sí, estuvo y se educó en el templo, incluso por un tiempo allí permaneció como servidor del culto, en un oficio luego abandonado.

Joven y viejo se hablan civilizados, sin gritos, de un lado al otro del atrio, a unos pocos pero significativos metros y a la más amplia y significativa distancia de unos cuantos años. El breve espacio del atrio los separa y a la vez los une. El tiempo irreversible, ¡medio siglo tempestuoso!, los separa mucho más. Pero midiendo la distancia de hoy a ayer, de ayer a hoy, se reconocen con respeto el uno al otro; hay complicidad entre ellos.

Índice

De ayer a hoy, de hoy a ayer
El Jesús de la historia y los Cristos de la fe
La existencia creyente
De la religiosidad a la conversión
Ilustración frente a revelación
Introducción a la teología
Adenda: Cuatro estaciones
Noticia de algunos autores